viernes, 18 de abril de 2008

DESDE EL SOL HASTA EL PEZ

La música, pan de sol, hace de faro, útero y puente para que entre la conciencia y la distancia se pueda suprimir el llamamiento inicial para el retorno al gran meditador.
Esta es una modalidad usual y valida de lograr el esparcimiento de las formas y la desviación del oleaje final para mantener cercado, delimitado y abandonado el campo del inconciente.

Los artilugios con los que el ser se vale para confundir su hilo creador son varios. Uno de las mas conocidos es lograr la suplantación de la boca aurora por una soga en el área donde se forman los pensamientos. Este fenómeno, descubierto por el teólogo ruso Andrexei Astimov, data del siglo XVII.

En la ilustración que se encuentra al pie de pagina se puede observar claramente al ser sosteniendo la luz que encanta al gran meditador.

Se cree (y es posible) que, en la era corriente, el gran meditador haya adoptado la forma de un pez populoso, incontable, distribuido en una enorme mesa de respiración del universo. La ilustración lo refiere así: con un signo de infinito.

Hay, aun hoy en día, varias dudas al respecto del funcionamiento del mundo de nuestros semejantes. Mientras tanto, hay un río aguardando ser vivido según los parámetros adecuados para sostener nuestros principios .
Lo que es sabido es que el campo es extenso.

El desvío hacia el río es lento.








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( Gabriel Darío)